A dos escalones del quinto piso

Hoy cumplo 48 años de edad y no me nace, hasta ahora, ocultar mi edad. A lo mejor porque la mayoría de las veces me calculan menos de los que tengo, o tal vez porque no me siento los que marca mi acta de nacimiento fechada el 10 de septiembre de 1968.

Y no me malinterpreten. No por sentirme más joven o que me vean con menos años de los que tengo me doy licencia para hacer ridiculeces... pero si reconozco que NO SOY UNA MUJER NORMAL "de mi edad".

Adoro vestir en jeans y playeras o blusas frescas y cómodas, y en los pies nada como unos ricos mocasines o unos tenis Sr. Perro de diseño original. Claro, si la ocasión lo requiere me transformo con vestido de diseñador y tacón... que no pase del número seis porque mis pies planos no están para zancos.

Soy de la generación de música de los 80's y 90's, tanto en inglés como español... con marcada debilidad por Emmanuel; pero en los últimos años me he aficionado a la música emergente local, de todos los géneros imaginables, porque talento con calidad de primera hay de sobra en nuestro estado. Y si a esto se suma que muchos de sus exponentes hoy los aprecio y considero mis amigos, pues con más razón su talento me acompaña siempre en mi celular o reproductor de música.

Amo la lectura, todo lo que caiga en mis manos; las películas románticas pero también las de ciencia ficción; los domingos con mis hijos y familia pero también esas horas de soledad en las que nadie me quita el control remoto y veo mi serie favorita sin que me la critiquen; amo pasar las horas en mi casa haciendo todo y nada a la vez, pero igual salir de aventura con mi hija y viajar en camión de segunda clase al otro lado del estado para pisar el paraíso terrenal.

Disfruto una charla con un escritor o conductor de televisión famoso, porque mi trabajo me da ese privilegio, pero igual escuchar durante horas a mis hijos haciendo planes presentes y futuros mientras mascamos una hamburguesa comprada con cupones de descuento.

Lo mismo aprendo de las experiencias de las personas un poco mayorcitas que yo (no me falta mucho para ser cabecita blanca), que de mis alumnos de bachillerato que me confiesan sus aventuras y desventuras.

Lo sé, no soy una mujer normal para mi edad... pero así me gusto y soy feliz y agradezco a Dios y la vida que muchas personas que se han cruzado por mi camino hoy continúen cerca de mi ofreciéndome su amor y cariño, que sin duda alguna es recíproco. De todos tengo algo en mí, incluso de los que no siguen a mi lado por una u otra razón.

Y, no sé, a lo mejor el próximo año decida ya no decir que cumpliré 49 porque ahora sí se me notará la edad, pero estoy segura que seguiré vistiendo jeans y unos cómodos tenis. ¡¡¡Porque así soy!!!

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