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A siete meses...

Renata Marrufo M.
3 sept 2020
2 Min. de lectura

Hoy son siete meses de haber tomado una de las decisiones más difíciles de mi vida, la número uno en el aspecto profesional –creo yo—pero sin duda alguna la mejor después de todo lo vivido este tiempo. Cerrar ciclos no es fácil, sobre todo cuando amas lo que haces y llevas tanto tiempo haciéndolo, pero igual es necesario darle prioridad a otros aspectos de tu vida. En siete meses he vivido muchísimas nuevas experiencias y aventuras en todos los aspectos de mi vida, algunos jamás imaginados y que me llenan aún más.

Conversar con dos maravillosas lectoras como son las hijas de mis hermanos en Cristo Fernando Nogueda y Erika Contreras, fue una experiencia maravillosa. “Crónicas Marcianas”, de Ray Bradbury, a través de videoconferencia, fue motivador para ambas partes. ¿El resultado? Enviarles libros que espero hayan devorado durante este tiempo: “Colmillo Blanco” y “De la Tierra a la Luna”.

Grabar videos, cuando tengo un pánico escénico a estar frente a la cámara, aún cuando sea grabado, resultó liberador. Y esto sucede primero al grabar un mensaje de promoción a la lectura a invitación del colectivo al que pertenezco, Atorrantes Escritores MX, y de ahí me vieran e invitaran a cápsulas similares con Editorial Océano.

En este mismo lapso grabé otras tres cápsulas, las más difíciles yo creo, pues en ellas mandaba mensaje a cada uno de los grupos de prepa que concluían un ciclo escolar difícil e histórico para esta generación de jóvenes. Todavía los llevo dentro de mí y los extraño muchísimo. Las muestras de cariño y respuestas de los jóvenes me enchina la piel hasta el día de hoy cuando leo sus mensajes que me llegan por todos los medios posibles.

Las videollamadas y videoconferencias se volvieron rutina de todos los días para comunicarse con los amigos, familia y colegas escritores. Y con estas aventuras y nueva modalidad de comunicación en medio del encierro participo en dos coloquios en vivo, uno en el marco de la celebración del 21 aniversario de la Revista Voz de Mujer Peninsular y el otro como egresada del Icsmac, para compartir mi experiencia en el campo de la docencia, como maestra de bachillerato.

Exprimir mi tiempo al máximo, desde las 5 de la mañana y hasta casi media noche no me agota, sino al contrario, me hace disfrutar de todo lo que amo: mi trabajo, aficiones, familia y amigos. Todo lo anterior, combinado con una nueva experiencia laboral en el sector público, que me llena y alimenta cada día, resume mi vida en un: ¡gracias infinitas Dios por todo lo que me permites vivir!