Matute "enciende" de nuevo el Auditorio Nacional con su fiesta ochentera
- Renata Marrufo M.
- 23 may 2017
- 4 Min. de lectura

“Hace diez años estos seis músicos cantábamos frente a nueve personas en un bar y muchos nos dijeron que no llegaríamos lejos. Hoy estamos frente a diez mil amigos que han dado un salto de fe a nuestro lado al comprar un boleto y venir a disfrutar de una verdadera fiesta ochentera. A todos los que creyeron en nosotros y nos siguen apoyando les damos las gracias, porque sin ustedes no podríamos seguir”, afirmó Jorge D’Alessio emocionado y cortando en varias ocasiones su mensaje por no contener las lágrimas durante el concierto BoomBox Tour que la banda Matute ofreció por segunda ocasión en el Auditorio Nacional el sábado 20 de mayo pasado.
“Muchos artistas han pisado el Auditorio Nacional, la mayoría más de una vez… pero me atrevo a decir que los más agradecidos con este momento somos nosotros, y por eso no dejamos de darles las gracias por apoyarnos todos estos años y en momentos especiales como hoy”, reafirmó Tana Planter, quien también no disimulaba los ojos humedecidos por las lágrimas.

El sábado 20 de mayo Matute demostró porque están agradecidos con Dios, la vida y todos sus seguidores, 10 mil de los cuales se dieron cita en el Auditorio Nacional y no dejaron de cantar, bailar y descargar energía desde la primera y hasta la última canción del repertorio que duró dos horas 45 minutos.
La gigantesca grabadora ochentera que abarcaba todo el fondo y las pantallas flotantes que por momentos mostraban ser cassettes multicolores en el escenario no se apagaron sino hasta que la última persona abandonó el recinto, y fue la causante de que de la mano de Jorge D’Alessio, Tana Planter, Nacho Izeta, Pepe Sánchez, Paco “el oso” Morales e Irving Regalado personas de todas las edades no dejaran de brincar, cantar y emocionarse con una década que no sólo dejó marca en muchas vidas, sino que sigue siendo influencia en las generaciones que nacieron incluso después.
Diez minutos después de las ocho de la noche, con el Auditorio Nacional sin un lugar disponible, las primeras notas se dejan escuchar de la batería de Irving Regalado en cuanto el cronómetro del escenario se detiene luego de los cinco minutos regresivos. En ese momento la locura inicia, todos dejan sus lugares para ponerse de pie y la energía de la década de los ochenta no se detiene sino hasta dos horas y 45 minutos más tarde, cuando los integrantes de la banda Matute salen al escenario por tercera vez para finalmente despedirse de su público.
Con varios cambios de vestuario, apoyo tecnológico y de luces de primer nivel, los Matute demostraron de principio a fin porque son queridos por muchos “chavo rucos” y hasta público que podría considerarse de décadas anteriores e incluso más recientes: viven y disfrutan cada minuto del concierto como si fuese el primero de sus vidas, como si de su actuación dependiera el seguir cantando por muchos años más, en un ambiente de hermandad y sin protagonismos entre ellos, algo que que les ha caracterizado siempre.

“Bievenidos”, de Miguel Ríos, es el himno que integra a diez mil almas en un solo canal, el de una década llena de magia que hace a muchos bailar, cantar, abrazarse y hasta lanzar fuertes suspiros de nostalgia cuando se menciona y aprecia en las pantallas escenas como Reino Aventura, programas de televisión como Odisea Burbujas o a Thalía cantando el intro de la telenovela “Quinceañera”.
Un concierto que tuvo no sólo un recorrido que incluyó las mejores canciones de los ochentas, tanto en inglés como español, sino varias sorpresas que dieron un toque especial a la noche, como la participación de la banda Cañaveral, con quien comparten un dueto en la más reciente producción musical de Matute, o la aparición especial de los ingleses de When in Rome, que terminaron de enloquecer el Auditorio.

Y es que además de celebrar de esta manera a lo grande los diez primeros años de la banda, se anunció su nuevo programa de radio, a partir del 6 de junio; un mega concierto en octubre próximo que incluirá la mayor fiesta de disfraces ochenteros, y Jorge D’Alessio aprovechó el momento para de manera emotiva reafirmar su amor por su esposa Marichelo Puente, con quien esa noche cumplía seis años de matrimonio, y a quien le dedicó la balada “Enséñame”, de Emmanuel, en la voz de Nacho Izeta.
“Momentos culposos ochenteros”, un popurrí de Rigo Tovar y el homenaje a Juan Gabriel también integraron una noche especial que dejó el aire impregnado con una década llena de magia en la que los Matute mostraron porque durante diez años han sido sus principales exponentes.
Y, sin duda, todavía nos queda mucho por disfrutar al lado de los seis músicos que disfrutan a cada minuto cada una de sus presentaciones en vivo, programas de televisión y ahora hasta de radio, y que han demostrado que con talento y la recomendación de boca en boca de sus seguidores se puede llegar tan lejos como sus sueños de hace diez años, siendo independientes y sin el apoyo de grandes compañías disqueras o televisoras.

“En todo momento no podemos dejar de agradecer a Dios y a todos los que nos han apoyado nuestra carrera, porque quien deja de hacerlo le lleva la chingada”, declaró con energía Jorge ante los aplausos de diez mil personas.
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